Milanayana estaba chupando mi clítoris con un entusiasmo que nunca hubiera creído posible. En mi mente sólo quería estar dentro de ella, meterle la polla en la boca y follarle el culo. No había duda de que la llevaría a ese lugar. Fue uno de los momentos de la experiencia sexual que nunca olvidaré. Estaba atrapado dentro de su coño, a punto de perderme en el éxtasis, cuando empecé a sentir un espasmo de placer otra vez. Me estaba alejando, mi orgasmo no estaba a la vista, y era tan intenso que la luz que entraba por la ventana, a unos metros de distancia, también se movía. Sentí que desaparecería en los últimos segundos de mi orgasmo, pero no quería soltarme. Pensé que sería capaz de tomar todo, al final. Entonces una fuerte bofetada, como una mano abierta, comenzó a golpear la pared detrás de mí. Me sorprendió, pero no solté el agarre de las barras de metal que sostenían mis brazos en su lugar. Milanayana no había dejado de intentar deslizar su coño mojado en mi culo. Entonces sus tetas volvieron y se golpearon contra mi pecho. Milanayana mantuvo ese movimiento por unos segundos, pero luego movió sus tetas fuera de mi camino. .