Bella Blonda echó la cabeza hacia atrás y le chupó la cabeza de su polla, lamiendo las bolas, la cabeza de su polla, el glande con sus dientes. Su oreja contra la de él, su pulgar, sosteniendo la cabeza llena de semen en su boca, su lengua cubriendo sus bolas. La preocupación por su polla, intentando sostenerla, el placer de su lengua deslizándose por la cabeza de su polla, su ya fuerte mandíbula trabajando, su hombro, mano, brazo, mano en sus tetas y apretando, cum-bien deslizándose por todo su estómago y ombligo. Sus manos apretando y acariciando su polla dura como una roca, chupando y chupando sus bolas con más deseo del que él podría contener. Y aún así, su coño se hinchó, en algún momento, no del todo esta vez, pero, lo suficiente para un orgasmo completo, con sus manos en su cuello, apretando fuerte con más pasión de lo normal. Más aún, el suave sonido de su voz masculina y suave que la acompañaba mientras caminaba. Su voz suave y tranquila haciendo que se levanten los pelos de la nuca de ella, sus manos contra la piel y los pezones de ella, flexionándose y endureciéndose en su impacto, haciéndola sentir casi invencible. Una vez más, su mano se enrolló alrededor de su teta, apretándola y moviéndola con su pulgar. Ya no se burla, ya no es suave, sino duro y urgente. Los tacos de sus dedos aplastando sus hermosos pechos...