Continuó con sus giros, hasta unos pocos centímetros de mi enorme polla y luego volvió a subir a la parte posterior de mis piernas, colgando sobre mi regazo, su pecho se elevaba y bajaba mientras Sugarbee23 me montaba con cada onza de su lado salvaje. Era increíblemente excitante verla así. Mi esposa, quiero decir, yo. Jugando con mi polla dura como una roca y acariciándola en su coño. Fue la primera vez que me atraparon. Mi coño estaba todo mojado con sus jugos, y mis dedos y labios me cosquilleaban por todas partes. Mi esposa, la mujer que amaba, la mejor mujer que podía esperar tener, me estaba montando. Un dedo ya estaba enterrado en lo profundo de ella, la otra mano tirando de mi polla. Sus piernas eran cada vez más cortas, sus pechos subían y bajaban cada vez más rápido mientras Sugarbee23 me montaba con una mano, su otra mano agarraba y acariciaba mis pelotas con sus uñas, metiéndolas en las sábanas con cada libra de mi polla deslizándose dentro y fuera de ella. Sugarbee23 retrocede lentamente, dejando mi polla incrustada en ella, con el culo temblando con cada "fuuuuck", antes de volver a levantarse, echando la cabeza hacia atrás y apoyando la cabeza contra la pared. Pude ver su grasa corporal cayendo. Sugarbee23 no se había corrido todavía. El espectáculo antinatural me estaba poniendo locamente cachondo. Tal vez debería correrse. Tal vez debería follarme a mi mujer, y follarla duro y rápido mientras le muestro lo increíble que soy...
