Grita mi nombre, me dice que me la folle más fuerte, que tome mi turno, y parece que eso me eleva aún más. Me vuelvo más jodido que nunca, casi mareado mientras mi coño felino llega al clímax una y otra vez en mi coño, bombeando mi semen de forma felina. Los últimos segundos pasan en una oscuridad borrosa, mi cuerpo en silencio excepto por mis fuertes gruñidos y empujones. Luego, en un instante, me derrumbo en un saco de coño de animal seco y duro y me corro. El orgasmo debe haber durado por lo menos veinte minutos y estoy muy contento de no haberme despertado y de que haya sido un simple sueño. Recupero la conciencia muy pronto, mi estómago empieza a doler por la cantidad de comida sucia y estoy tan cansado y lleno de esperma que ni siquiera puedo moverme o hablar sin empezar un orgasmo. Lo sé, tiene que ser un sueño, el dolor de cabeza y el estómago medio lleno sólo significaba que tenía algo con lo que lidiar durante la noche, pero aún soy incapaz de ignorar lo salvaje que fui en ese momento. .