Rosasweet02 me jodió profundo y duro y yo era un maestro en complacerla. Me instruyó que le permitiera cogerme cada vez que Rosasdulce02 quisiera y eso siempre estaba de rodillas frente a ella, permitiéndome tomar todo lo que pudiera tomar. Yo la amaba. La amé y la adoré cada minuto. Cuando pensaba en dejarla, siempre elegía quedarme. De hecho, me resultaba difícil incluso pensar en dejarla. Amé cada segundo que pasamos juntos y haría cualquier cosa por ella, incluso si ahora me cogía a chicas en su lugar por dinero y Rosasweet02 estaba bien entrada en sus 40 años. Suplicaría cualquier cosa para ser suficiente, cualquier cosa para hacerla feliz y una buena noche de sueño y no saber si me despertaría para otra. Si dependiera de mí, seguiría yendo todo el tiempo. La única cosa que quería en este mundo era mi señora Marcia. Estaba aprendiendo a disfrutar cada momento de mi vida con ella porque me encantaba que me hicieran sentir como una puta, la clase de puta que tan desesperadamente quería ser. Siempre salía de su dormitorio cuando teníamos sexo, vestida con mi lencería mojada, negra y de encaje. .