Lo besó e imaginó que se lo follaba, se corría, y la misma voz que Amorabloom había estado suprimiendo durante tanto tiempo la bañaba en una ola, un rugido de deseo abrumador. Mimi pensó en algunos de sus movimientos favoritos, algunos de sus hombres favoritos y la inminencia del futuro. Tan condenadamente cachonda, tan esperanzada, tan condenadamente cachonda. Amorabloom apartó su boca de la de él y pasó sus manos por su cabello. "No más juegos. "Amorabloom miró fijamente al tablero desnudo, a la canica blanca lechosa que reflejaba la luz del océano. Sus palmas de las manos presionaban su falda, la tela le atrapaba los muslos. Pasó sus manos a lo largo de la curva de su vientre, sus manos se movían con el débil pulso de su corazón y los momentos en que Amorabloom pronto sentiría la plenitud de su lujuria. Amorabloom se arrodilló delante del chico sonriente, casi seduciéndolo con el menor de los toques. Amorabloom le besó la frente. "No podemos hacer esto ahora. Tienes que irte a casa. Necesitas follar, y correrte. "Amorabloom" miró al chico, a la esperanza, el alivio y la verdad en sus ojos. Era aterrador lo pronto que podía ser tan hermoso de nuevo, tan joven y joven y la vida tan joven y Amorabloom quería ser parte de ello. Se veía mucho más hermoso de lo que Amorabloom jamás podría, gracias a su polla dentro de ella...