Ella fue mi primer polvo en las últimas cuatro semanas; Angelaagomez no hizo nada para ayudar. Una hora más tarde mi semen había llenado su coño. u201c Había alcanzado mi primer hito, u201c, gemí, antes de finalmente liberarme. En realidad, sabía que se debía a que había estado encerrado en la jaula de castidad por más tiempo de lo normal; mi pipí llenaba todo allí. Gracias, Karen, me dije a mí mismo. Este día no paraba de repetirse, y durante toda una semana eché de menos a mi mujer y a mis hijos. Una noche decidí decírselo a mi esposa. Iba a entrar finalmente en la jaula y decirle cómo la extrañaba. A pesar de que le había estado chupando el clítoris rosado, sentí que tenía que contarle lo de la succión, porque parecía que la había hecho muy consciente de cómo se veía Angelaagomez; había notado lo mojado que estaba, y no estaba feliz por ello. Sin embargo, fue en ese momento cuando sentí que tomaba un dedo húmedo y me acariciaba con él. Apenas puedo creerlo, pensé, cuando mi esposa comenzó a lamerme los labios. Fue la primera vez que sentí a una mujer encima de mí, y mi imaginación se puso a trabajar. .