Antonia Savatto emitió un agradable gemido y se bajó de nuevo a mi polla. Exploté sobre ella, agarrándole las piernas con mis manos mientras me introducía profundamente en ella, no sólo ordeñando lo que quedaba de mi semen, sino tumbado en esa maravillosa cama caliente, con el coño y el culo salpicados de mi semen. Antonia Savatto se estremeció y gimió mientras yo estaba allí, sus jugos de coño por toda mi polla y mi semen. Después de mi clímax, salté de la cama y encendí la luz, girando hacia Antonia Savatto y diciéndole "Me tengo que ir ahora". "Antonia Savatto no dijo nada, pero me cerró la puerta y se acercó a la puerta del dormitorio, luego dudó y esperó a que yo dijera algo. "Vamos, vamos a limpiarnos", le dije, cogiendo la toalla y limpiándose el culo. Antonia Savatto me dio una pequeña sonrisa cuando empecé a quitarle la sábana, pero no dejaba de mirarme la polla mientras estaba colgando del borde de la cama. No me atreví a decir nada, así que Antonia Savatto se levantó de la cama y se acercó a la cómoda donde guardo mi cámara y las almohadas. Me di cuenta de que Antonia Savatto estaba un poco enojada, pero la dejé ir y saqué mi pequeña cámara y le tomé unas cuantas fotos de sus tetas y su trasero. Se rió y se rió mientras Antonia Savatto nos frotaba la polla y a mí por turnos. "Ahí, echa un vistazo", dije, señalando uno de sus pechos abiertos...