Me mordió el pezón como lo había hecho unos segundos antes y me habría ido a por todas si Bellacontessa no me hubiera detenido. Justo cuando pensaba en soplar mi carga en su boca, algo enorme golpeó el suelo. Giré la cabeza y miré su cara sonriente y sonrojada, y me sorprendió más que Bellacontessa tuviera las pelotas para hacerlo que que lo hubiera intentado. Bellacontessa se dio la vuelta y se sentó a mi lado y me besó. Después de un breve momento, Bellacontessa me dio una palmadita en la nuca y dijo: "Casi lo logras. Eres una gran compañera. Eso es, si me perdonas mi lado de tonta. "No necesitaba pedirle que perdonara su lado bimbo, porque era obvio que Bellacontessa no tenía medio cerebro. Me senté allí esperando a explotar con una chica con la que había estado saliendo por menos de una semana. Cuando sentí la necesidad de explotar mi carga, Bellacontessa me agarró de las manos y me llevó al balcón. Casi me caigo cuando Bellacontessa me puso en posición de besar. Mientras nos besábamos, Bellacontessa siempre tenía una mano en mi polla y la otra en mi estómago y mi cadera, pero había algo en ella que nunca había visto antes. Sus pezones eran suaves y ligeramente hinchados. Bellacontessa me levantó uno de la parte de atrás de mi cabeza, se lo frotó en la boca y me dijo: "¿Ves? Ahora no eres realmente una tonta. .