Gypsygyal odiaba hacer cualquier cosa de eso. Gypsygyal estaba resentida conmigo por haberle preguntado, por no querer dejarla en paz y por ponerme nerviosa por cada movimiento que hacía. Su ansiedad era demasiado alta para estar cómoda, se interponía en el camino del tiempo que pasábamos juntos. Estaba aprendiendo que podía entregarme a ella y que Gypsygyal podía entregarse a mí, y luego teníamos este extraño ritual de hacer cosas juntos como una especie de fiesta, como si tuviéramos que dormir haríamos el sexo que quisiéramos, y en vez de darnos el gusto de tener sexo por placer lo haríamos como una cosa de vinculación social. Me encantaba ver los vídeos de ella follando y tocándose, pero no creía que fuera el mejor uso del tiempo para pasar tiempo con ella. Gypsygyal se sentía egoísta si pasaba tiempo con ella y no podíamos hacer el sexo que queríamos. Gypsygyal a veces se burlaba de mí porque siempre quería verla follar. Era demasiado estúpido y caliente para ver la diferencia entre nosotros o para darme cuenta de lo que pasaba. Supongo que Gypsygyal sabía más que yo que estaba jugando consigo misma, pero me parecía más importante no hacer nada que hiriera sus sentimientos que saber que estaba siendo observada por un par de ojos. A veces Gypsygyal me decía que me quitara la ropa interior, pero siempre sentía la necesidad de sugerir algo aunque yo le dijera que era una mala idea hacerlo. A veces estaba confundida o sospechaba de lo que Gypsygyal hacía con ella misma o de mis deseos, pero siempre actuaba sorprendida cuando le hacía preguntas. .