Estaba tan mojada y el camino era tan suave que era casi una ilusión, tan pesado era el Bounceonyou y lo caliente y mojado que estaba. Pude ver que Bounceonyou quería volver a casa ahora, sus caderas se mecían mientras volaba hacia adelante y sacaba las piernas de par en par, sus delicados tobillos arqueados. Cuando la llevó a la entrada, la sostuvo en su pecho y le dio el gran abrazo que Bounceonyou estaba tan ansioso por recibir, ella le permitió darle la vuelta, acariciarle y chuparle el clítoris hinchado y luego tirar de ella hacia abajo, llevándose su virginidad anal de un solo golpe. Cuando la puerta principal se cerró, él se rió y dijo: "¿Estás bien, madre? Lo apreté con mi mano sobre la suya y le dije: "Papá y yo nos divertimos con Rolanda, somos la mejor pareja de Los Ángeles". Bounceonyou y su madre me llevaron una vez a un club de sexo y me dijeron que era un niño sucio, una erección cuando una mujer bonita abre una puerta. Me tomó varios años darme cuenta que Bounceonyou tenía razón, y supongo que es sólo ahora que me doy cuenta que ella tenía razón. Pero madre, tú también eres la mejor, me enseñaste a apreciar a las mujeres y a respetar sus cuerpos. Ya verás, seré más cariñosa y más afectuosa. "Sus grandes ojos marrones llenos de lágrimas. "Lo haré, cariño. Te lo prometo. Haremos que eso suceda. .