Lo tenía tan adentro que Mila sintió una humedad en sus piernas, que le encantaba verlo darle su polla hambrienta. Sin embargo, pronto, él continuó cogiéndola fuerte, empujándola cada vez más fuerte hasta que llegó al límite de sus contracciones y empujó su pene profundamente dentro de su coño. Entonces Mila sintió algo, algo que hizo que su cabeza girara hacia un lado. No era la sensación de lo que parecía ser un doloroso y exquisito hinchazón alrededor de su coño, sino algo más, algo caliente. Un orgasmo finalmente la llenó cuando Mila sintió otra ola de la encantadora sensación de olas salvajes y calientes golpeando a través de ella que hicieron que su cara se pusiera roja, su respiración pesada y rápida. No fue hasta que Mila comenzó a aspirar la esperma que salía de ella que se dio cuenta de que podía sentir su pulso, que podía oír el dolor en su garganta y la humedad que se intensificaba, que podía sentir su corazón latiendo, así que no podía pensar. Mila se quedó a la deriva por un momento, totalmente absorta en el placer de su felicidad. Mientras Mila lo bebía podía oírse a sí misma tragando la esperma en lo profundo de su garganta...