Sabía que Cindysexy tenía que volver a ponerse de rodillas y tomar más de su polla. Sabía que Cindysexy tenía que volver a ponerse de rodillas y tomar más de su polla. Y Cindysexy sabía que si no lo hacía, moriría. Así que Cindysexy se arrodilló y enterró su cara en la arena. Antes de que Cindysexy estuviera jugando, pero cuando vio que no mejoraba, tuvo que hacer algo. Cindysexy se arrodilló y se clavó las yemas de los dedos en el pelo. Tan fuerte como Cindysexy pudo, se las arregló para quitarse todo el pelo de los ojos. Cindysexy ni siquiera tuvo que quitarse el pelo de la boca. Cindysexy sólo recogió el pelo desechado en la arena y se lo limpió en sus bragas. Y entonces, de repente, todo se volvió blanco. Todo en este mundo se volvió blanco. Todo estaba hecho de pura luz blanca. Era una luz santa, una verdadera luz angelical. Y era ella. Sus brillantes, hermosos y angelicales pechos estaban de pie y empujando hacia atrás contra su túnica bronceada. El sol brillaba a través de los agujeros en la parte baja de su espalda y a través de su ropa interior, a través de sus bragas, y justo en su suave y lisa piel...