El Londres nocturno se desliza hacia atrás en tu polla, girando sus caderas y puedo ver que estás casi listo para correrte de nuevo, dejando que tu corrida se dispare en lo profundo de ella. Te masturbas de nuevo, mirándome, te sonrío, puedo ver esa polla dura que tú y ella quieren poner dentro de mí, dejando que mis manos se acurrucen en mi coño apretado y resbaladizo y que te lo follen todo, pero ambos prometen que no lo hacen por mí, sólo quieren follarme. Así que, al día siguiente me despierto, desnuda, con ustedes dos como las únicas dos personas en la casa, tengo mis pechos empujados por su cara, mis bragas ya desinfladas, con su polla entre los labios de mi coño. Siento tus manos alrededor de mi cintura, empujándome hacia el sofá, tu polla deslizándose en mi húmedo y caliente coño. Mis ojos bien abiertos y mis manos apretadas sobre mis tetas y dejo escapar un grito de placer y siento que empiezo a correrme. Tus gemidos empiezan cuando te corres dentro de mí, creo que estabas pensando en lo mucho que estaba disfrutando de eso pero mientras sueltas tu corrida en mi coño, no tengo ni idea de si disfrutaste el hecho de que casi me corrí con sólo mirarte. .