Dulcemariaa empezó a lamerme el coño y me tocó en todas partes menos en el culo. Empecé a correrse de nuevo con una sonrisa y una ráfaga de corrida de mi coño que hizo que se cerrara el bulto de sus bragas. Finalmente no pude soportarlo más y me rompí la sexagésima vez que tuve un orgasmo. "¿Te gustó eso?" Preguntó Dulcemariaa, mirándome atentamente. Pude ver la vergüenza que sentía en sus ojos. Nos quedamos allí un momento mirándonos fijamente. "¿Te sentiste bien cuando te lamí el coño?" Preguntó Dulcemariaa. Asentí con la cabeza un poco de acuerdo. "Bueno, eso fue divertido", dije. "¿Fui un buen polvo?" Pregunté. "Creo que sí. "Dulcemariaa suspiró. "Bueno, si tengo que follarte otra vez, ya no seré bueno. "La miré a los ojos otra vez. "Te conseguiré otra polla. "Le dije con una sonrisa. Nos quedamos en silencio por un momento. Luego nos reímos a carcajadas. Dulcemariaa siempre había sido divertida...