Era perfecta y la señorita Vikki tenía un cuerpo perfecto. Era agradable, y Misss Vikki me hacía correrse una y otra vez. Me la cogí para que se corriera toda la noche. Una y otra vez. Yo cargaba mis bolas con semen pero Misss Vikki nunca me dejaba correr. Me pregunto cuántas veces la Srta. Vikki me roció la polla. Me imagino que fue más de una vez. Misss Vikki era nuestra puta. Todas las noches nos turnábamos para follarla. Misss Vikki era una vieja y sucia puta y lo sabíamos. Y mi hermanita fue lo mejor que nos ha pasado. A la señorita Vikki le gustaba lo que hacíamos. No puedo recordar si a Misss Vikki le empezó a gustar o no, sólo pude ver su amor y su lujuria por ser usada por nosotros. Nunca quisimos parar, siempre quisimos más y más. Yo quería que nuestra amiga se corriera, y mi otra hermana quería que nuestra amiga se corriera. Todas las noches, siempre y en todas partes. Finalmente, una noche nuestra amiga Misss Vikki se fue. No sabíamos qué hacer sin él. Nadie podría ser tan afortunado. Tuvimos que ir a buscarlo. Yo iba a hacerlo solo y mi hermana lo haría conmigo en la parte de atrás. La noche fue bien...