Susanroyy soltó un largo y profundo gemido, y puso su cabeza en mi polla, inhalando profundamente. Susanroyy respiraba con dificultad, pero yo quería que se sintiera bien por ella, así que la trabajé tan duro como pude, sin importarle si eso la hacía llegar al clímax, para mantenerla sobre mi polla. Mis bolas se sentían llenas, y querían mi semen dentro de ellas. Le devolví la mirada, asegurándome de que Susanroyy seguía bajando del orgasmo, con la boca bien abierta. Moví mis manos hacia su coño, frotándolo lentamente de arriba a abajo. Se sentó un poco, jadeando cuando Susanroyy sintió mis manos sobre ella otra vez, nuestro sexo húmedo presionando juntos otra vez. Pude oír sus gemidos, su voz llena de placer. La saqué de mí y me deslicé de ella, sin dejar que se sentara de nuevo. Froté su clítoris, haciéndola gemir de placer. "¿Estás cerca, cariño?" Le pregunté. Susanroyy asintió, su cuerpo temblaba de excitación. Agarré la base de su coño y la empujé hacia delante, presionándola contra la pared. Susanroyy se movió ligeramente, pero no hizo ningún sonido. Podía sentir sus pechos presionando contra mí. La besé, probándola, incluso probando mi propia esperma. Deslicé mi lengua hacia abajo, y luego la seguí hasta su clítoris. "¿Estás lista para correrte por mí, nena?" Le pregunté. Susanroyy asintió con la cabeza otra vez. "Haz que me corra con tu coño, ahora. .