Deslizó su mano libre sobre tu cara y te dio un ligero beso, fue incómodo porque su cuerpo estaba de cara a ti, sus pequeños pechos presionaron tus hombros mientras Amigold te miraba, su sonrisa cálida y amistosa. Tu coño se apretó y sentiste una presión acumulada en tu culo mientras oías pasos que se acercaban. Sentiste su lengua y sus dedos rozando la suave piel de los labios de tu coño mientras Amigold se movía en una serie de largos y lentos golpes. De repente todo tu cuerpo se sintió caliente y pudiste sentir que Amigold iba a deslizarse dentro de ti cada vez más rápido, su mano izquierda fue hacia tu coño y se retiró rápidamente, no es de extrañar que sus labios del coño se separaran. Podías sentir su brazo acercándose a la taza y apretando tu pecho mientras Amigold retrocedía y golpeaba su lengua contra ti, lamiendo y chupando con fuerza. Amigold siguió cogiéndote con la lengua y tú sentiste otro cálido y húmedo arco de agujeros alrededor de tu cabeza, sosteniendo tu cabeza firmemente entre sus labios y empujando su lengua dentro y fuera de ti. Fue tan intenso que tu mente se rindió al placer y te desmayaste, olvidando respirar cuando escuchaste a alguien entrar en la habitación. Cuando despertaste, sentiste que te habían despertado con un rápido golpe de mano. Estabas tumbado en el suelo de la sala, desnudo y cubierto de una ligera capa de polvo, un cigarrillo aún ardía en la punta de tu lengua y tu boca se sentía seca y con goteo. Te sentaste para ver mejor al hombre que entró en la habitación...