Annamalia terminó soplándole en la misma zona otra vez mientras él luchaba por evitar que se corriera. Fue en ese momento que Delly notó que deja había empezado a retroceder del baño. Sus muslos temblaban cada vez que se amordazaba. Finalmente se las arregló para salir del baño y se acostó en la cama, tirándose sobre sus zapatos. Rápidamente los arrojó al cesto, antes de llamar a Deja. Le agarró la parte de atrás de la cabeza y le obligó a bajar la cabeza, dejando que le metiera la lengua entre los labios y le chupara la última corrida de su polla. Cuando sintió que su estómago se vaciaba, Deja sintió que se llenaba con algo más pequeño que su cabeza. Era un pensamiento profundo y burlón. La agarró con ambas manos y la puso de pie, con los ojos fijos en él, mientras le metía la cosita en la boca, con la cara enterrada en sus pechos. Su boca estaba ardiendo y él sonrió con una sonrisa salvaje. Cuando Annamalia finalmente se la tragó, Deja soltó lentamente su cabeza y sacó su polla de su boca, corriéndola por su cuerpo hasta las pequeñas y suaves mejillas del culo. Se agachó y la pasó por la parte inferior de su muslo. Las miradas de sorpresa en las caras de su amigo eran innegables cuando deslizó la carne del pequeño y apretado trasero. Lentamente, Deja deslizó la carne por la parte interior del muslo, hasta que estaba alrededor de la base. Deja la acercó a su coño y empezó a jugar con el agujero ancho, acariciándolo y burlándose de él con su dedo. "Oh Dios mío...