Diviynne se desplaza de nuevo, a ambos pezones, y empiezo a moverla hacia el borde del sofá. Los anillos se mueven de nuevo. "¿Estáis listos?" Sus caderas empiezan a deslizarse hacia adelante, reacciono inclinándome para besarla. Puedo decir que Diviynne tenía muchas cosquillas cuando se escapó, porque ahora puedo oír su gemido. La inmovilizo, también, alcanzando su hombro y agarrándole la parte inferior del estómago. Empiezo a empujar con fuerza, alcanzando con mis manos y pellizcando sus pezones con fuerza. "No", gimoteó Diviynne. "¿Qué... ...¿qué debo hacer?" "No has tenido una buena cogida durante meses. Tómalo. "Entonces eso es todo", digo mientras me retiro y me desplomo en el sofá. "Deberías lamerme la polla hasta dejarla limpia. " "N. . . no, mamá, todo estará bien", dice Diviynne. "Por favor. . . por favor, quiero sentirte. "La sorpresa desaparece, pero Diviynne no lo ve. Supongo que está aliviada de que no implique lamerme, pero tal vez es la charla sobre el bebé lo que la ha afectado. "Tu coño parece muy mojado hoy, pero no hubo suerte para entrar ahí", digo. "Sabes que será mucho más fácil que tu madre", continúo. Me quito el cinturón y empiezo a levantarme, poniéndola en la cama. "Si se te pone dura para mí, ya sabes qué hacer", digo. Diviynne sigue agarrándose a mí, casi lloriqueando mientras la empujo a sus rodillas...