Eveelynnex se estaba poniendo rígida, así que envolví mis manos alrededor de ella y empecé a cogerme. Quería golpear su clítoris de nuevo, pero Eveelynnex estaba demasiado húmeda para sujetarse, así que me moví un poco, moviendo las caderas, estimulando lentamente mi orgasmo con el pulgar y el índice mientras la tocaba. Al principio fui bastante duro con ella, sin duda tratando de volverla loca de dolor y luego recompensarla con más placer. Me saqué la polla del culo y empecé a burlarme de ella, moviéndola de arriba a abajo por su rendija. Sus piernas cedieron a mi peso, dándome acceso a su vagina húmeda. Eveelynnex se sintió tan bien alrededor de mis dedos, que enterré mi cara en su entrepierna y la besé, sosteniendo sus labios calientes con mi boca y pellizcando y amasando su clítoris. Podía sentir la presión que se acumulaba en su coño, la momentánea acumulación de hormigueo que me hacía dejar caer el consolador en ella. Eveelynnex jadeaba y gemía, con lágrimas que manchaban sus mejillas. El consolador hizo su trabajo, y Eveelynnex apretó sus piernas a mi alrededor, sosteniéndome e intentando mantenerme dentro. No estaba segura de que Eveelynnex fuera capaz de sostenerme. Entonces los dedos comenzaron a moverse, lentamente la tocaron mientras mi boca le chupaba el clítoris. Empecé a acelerar, metiendo mis dedos en su humedad, llevándola al orgasmo...