Ledabear me agarró y empezó a follarme en un frenesí, bombeando mi culo muy rápido, y la hebilla del cinturón siguió deslizándose por mis pantalones de jockey. Mientras Ledabear lo hacía, la cabeza del pene goteaba algo de mi culo, pero yo me decía a mí mismo que era sólo por mi intento de evitar que me corriera. Había estado de pie toda la noche, y mi culo empezaba a dolerme y a dolerme mucho. Me dolía tanto el culo que tuve que sentarme para terminar de follar. Una puta como yo siempre se coge muchos culos, así que el dolor no era tan malo. Mientras estoy sentado ahí, terminando de follar, y dejando que mi ropa de culo caiga por mis piernas, me doy cuenta de lo que todos los demás en el vestuario se están centrando. Mi joven Ledabear está cachondo otra vez, y mirando en mi dirección, empieza a empujarme por detrás tan fuerte como puede. Sus enormes tetas saltarinas están rebotando de arriba a abajo, y puedo sentirlas contra mis ajustados pantalones de jockey mientras Ledabear sigue golpeando. De repente, Ledabear se detiene. "¡Fóllame otra vez, hermano!" Pude oírla gritar mientras Ledabear sacaba su consolador de correa y empezaba a follarse contra mi puerta trasera. También puedo oír a algunos de los chicos riéndose, pero por alguna razón no parece importarles el flagrante incesto que se está cometiendo. "¡Oh, Dios mío!" La oí gritar mientras Ledabear volvía. "¡Esa fue la cogida de culo más dura que he hecho nunca!.
