Indira se quejó de placer. Su sabor era como nada que Indira hubiera probado antes. Sus padres volvían lentamente a la cama y él la empujó contra la almohada, agarrándola por la cintura y acercándola para besarla aún más fuerte. Esta vez, en lugar de esperar a que se deslizaran bajo las sábanas, la empujó a la cama junto a él. La agarró de la cintura y la sostuvo, acercándola y mordiendo suavemente el otro pecho, casi causando que ella gritara de placer. Indira estaba a punto de llegar, pero él la detuvo, poniéndola boca arriba, sujetándola con una mano y clavando sus uñas en su carne. "Voy a cogerte tan bien, Lily", dijo, casi cortándole el gemido bajo, sus dedos clavados en su espalda y golpeando el fondo de su culo. La hizo venir con sus dedos, no se había corrido en más de un mes. Estaba tan apretada que Indira ni siquiera necesitaba correrse, ya la había llenado y se quedó allí tumbada, gimiendo suavemente al ritmo de los latidos de su corazón, sus implacables cogidas en su cuerpo. Se apartó, le quitó el mando de las manos y lo tiró al suelo delante de ella, alcanzando el mando a distancia. "Justo ahí", le dijo, apuntándole a su entrepierna. "Enciende el lugar. .